Hola a todos los amantes del dorado al agua:

Después de una semana entrañable, productiva y maravillosa realizando el Curso de Dorado al Agua, con D. Antonio Díaz Rojas, o como él prefiere, simplemente Antonio, me gustaría compartir con los seguidores de Antonio, a través de mi testimonio, la bonita experiencia vivida durante este cortísimo pero productivo espacio de tiempo.

Pues bien, en primer lugar, tengo que decir que mi profesión en nada tiene que ver con el gremio de la artesanía, aunque si comparto el mismo amor por la belleza de las obras de arte, y el procedimiento que lleva a su realización. Por eso, me encanta el milenario arte del dorado al agua. Con su toque de misterio y alquimia.

Debido a esta pasión, y mi búsqueda de información para poder intentar aprender la técnica, encontré, por el mes de marzo la publicación del “Manual sobre la técnica del Dorado al Agua”, realizada por Antonio. Bendita la hora, eso fue lo que me hizo contactar con él, y suerte la mía, hasta en mi ciudad, un verdadero privilegio. Ya en ese mismo momento acordamos, sin dudarlo, realizar el curso. Después de unos angustiosos meses de espera, llego el momento, y el día 29 de junio de 2015, comencé el curso de Dorado al Agua con Antonio.

Decir, de Antonio, que es un grandísimo artista y maestro, es decir muy poco, desde el primer momento te transmite plenamente, sin recovecos ni misterios, con una claridad sin igual, todos los tratamientos/secretos de las colas, yeso, bol, pegado del oro (bueno y malo), bruñido, envejecido, y en definitiva todo el procedimiento integro de este maravilloso y milenario arte del dorado, y que él, por supuesto, hace que te enamore más si cabe. En esto no quiero extenderme porque no sería capaz de expresar en pocas palabras las vivencias y aprendizaje que Antonio te brinda, y del que te impregna en su curso, y porque lo que verdaderamente aconsejo es vivirlo y disfrutarlo. Si tienes interés en aprender una técnica milenaria en toda su plenitud, no lo dudes ni un solo segundo, contacta inmediatamente con Antonio y tendrás una experiencia que no olvidarás nunca, además de causarte una gran satisfacción personal durante toda tu vida. Antonio es capaz de transmitirte en una semana, lo que no conseguirías en años de estudios (no diré donde para no ofender, jajaja). Si no lo crees, es muy fácil de comprobar.

Por mi parte, tengo que decir que terminé el curso muy contento de haber estado dorando con un maestro artesano que te enseña procedimientos, técnicas, trucos y los pequeños detalles que sólo alguien que ha nacido, vivido y trabajado en este noble arte, puede conocerlo y transmitirlo de la manera que él lo hace.

Y por supuesto, quiero tener unas palabras para Toñi, esposa de Antonio, una mujer entrañable, estupenda, con un gran sentido del humor, y a la que quiero agradecer toda la atención que me prestó durante todo el tiempo.

Para concluir diré, que esta semana ha constituido una experiencia inmensamente gratificante y positiva, tanto en cuanto a lo referente al aprendizaje de las distintas técnicas del dorado, como a la experiencia personal al haber tenido el privilegio de conocer a personas maravillosas, sencillas, desprendidas y generosas, como son Antonio y Toñi.

Me gustaría que este correo quedase como testimonio de mi inmensa gratitud a la familia Díaz, por su cariño y amabilidad hacia mi persona

TESTIMONIO DE WENCESLAO NARVAEZ TALAVERÓN

Dicen que todas las personas cuando llegamos a los sesenta, siempre pensamos que se nos quedó algo por hacer en nuestra juventud, o dicho de otra manera, nos quedó una asignatura pendiente y ese es mi caso.

 

Mi profesión ha sido la de pintor decorador y en los años sesenta (del siglo pasado) me ocurrió una anécdota, que creo que viene al caso.  Fui a pintar a casa de un señor que tenía un taller de dorado, este señor me mando a uno de sus oficiales para que me ayudase, pues era un tiempo donde había poca faena en el taller.

 

Por las tardes, después de acabar nuestra jornada, solíamos echar un rato, pues los dos teníamos pasión por nuestros trabajos.  Entonces fue cuando empece a enterarme de lo que era el dorado al agua, me hablaba de los estucos, del bol, del oro, del bruñido.

 

Desde entonces, el dorado ha sido para mí lo que digo antes "mi asignatura pendiente" he comprado muchos libros, he buscado cientos de recetas, he probado muchas veces, pero nunca lo había conseguido, a lo más que había llegado era a colocar el pan de oro falso como hacemos todos los que nos gustan las manualidades.

 

Un día, buscando algo del dorado al agua en internet, di con una página (la única) de un señor que se llamaba, o mejor dicho se llama  "Antonio Díaz"   Vi los vídeos, la preparación de las colas, la forma de aplicar el oro, el bruñido, el acabado, era algo magnífico, por fin un artesano dorador enseñaba los ardides profesionales de tan gran oficio.

 

Mi dicha fue completa cuando vi en su página web, que este señor daba cursos de dorado al agua y además con oro fino.  Nada más que pude me puse en contacto con él para no quedarme sin su curso y así ha sido.

 

Mi experiencia profesional, ha sido de lo más enriquecedora que me ha pasado en la vida.  Este señor me ha enseñado cientos de misterios que encierra este arte y recopilados por miles de artesanos durante mas de tres mil años, cosas inauditas que sin la guía de un maestro, jamás se podrán saber.

 

Por muchas palabras que pusiese, siempre me quedaría corto de esta semana que para mí ha sido un sueño, o quizás un milagro.

 

Lo único que puedo aportar a mi testimonio, es animar a los miles de jóvenes que se que hay por esos mundos de Dios con ganas de comerse el mundo y que es la mejor inversión profesional, que una persona puede hacer en los tiempos que corren.

 

Sobre tu libro y tus nuevos vídeos, ni te cuento, lo he leído y visionado varias veces y las que me quedan.  Como sabes, tengo las colas, el bol, la ilusión y las ganas de empezar a dorar por mi mismo, que ahora se que puedo hacerlo.  

 

Bueno amigo Antonio, lo único que no me gusto del curso, es lo que tanto tu como Toñi sabéis y es que tuve el fallo de no llevarme a mi mujer, porque se que los cuatro lo hubiésemos pasado divino, pues la amistad y la confianza que vosotros dais desde el primer momento, eso no se puede expresar en ningún escrito.

 

No digo apenas nada sobre Toñi y es que hay que tratarla aunque solo sea una corta semana (pues se hace corta) para comprender lo maravillosa que es.  

 

Un abrazo para ambos de vuestro amigo Wenceslao Narváez...


 

TESTIMONIO DE EZEQUIEL SANCHEZ ROMERO

Hola a todos:
 

Supongo que estaría en mi destino encontrarme con un profesional como Antonio Díaz y a Dios gracias que lo encontré a él y a su curso de dorado al agua. Hace 8 años hice, en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla, el Grado Medio de Dorado y Policromía y desde entonces nunca he dejado de trabajar este campo pero nunca con la eficacia que debía. Esto me llevó a buscar un curso como este tipo. Debido a mi formación sabía los pasos a seguir:colas, estuco, lija, bol, dorado, resano, etc., o eso creía yo. Me faltaba la mano sabia y artesana, la que me trasmitiera los tabúes de esta familia noble. Aunque no soy muy expresivo, creo que he pasado unos de los mejores días de mi vida por las enseñanzas y por ayudarme a amar aún más este oficio. Me ha quedado bastante claro que no debo de abandonar el camino para conseguir la meta y estoy seguro que no abandonaré.
 

En cuanto a la estancia en su casa, muchísimas gracias, sois un matrimonio admirable y unos cocineros excelentes. Me traje a Lebrija buenos recuerdos inolvidables de vosotros.
 

Recomiendo muchísimo este curso de dorado al agua. No le deis muchas vueltas para decidiros, os aseguro que os dejara un buen sabor de boca. Muchas gracias.

TESTIMONIO DE JOSE LUIS ELENA PEREZ

Esta es mi gran experiencia vivida en el curso de “Dorado al Agua” impartido por el maestro Antonio Díaz Rojas.

En esta semana de curso he aprendido muchísimo sobre este oficio milenario, el cual siempre me ha llamado la atención desde pequeño. Estando muy orgulloso de haber sido uno de los alumnos mas jóvenes que han pasado por este curso, en esa semana desconecté de todo, y me centre en captar lo máximo posible de este curso, ya que en una semana es imposible aprender todo sobre este magnifico oficio, aparte de aprender sobre el dorado aprendí otras técnicas del taller del maestro.

 En esta semana aprendí a valorar mas las cosas y darle su tiempo a cada una, ya que este oficio conlleva muchísimo mimo y trato con cada paso para poder ver un gran resultado.

Me interese en este curso gracias a la noticia que me dio el compañero Juan Manuel Romero Ruiz que estudiamos “Talla en Madera” en la Escuela de Artes y Oficios Mateo Inurria de Córdoba. Estaba deseando de poder realizar este curso y fue así cuando le mande el mensaje al Maestro para confirmar dicho curso.

Hemos sido dos los lebrijanos que hemos pisado el taller de este gran artesano el compañero Ezequiel Sánchez Romero y yo. Satisfecho de haber dejado nuestro granito de arena por las tierras granadinas en este oficio.

Ni que decir tiene que esta gran familia formada por D. Antonio y Dña. Antonia y el gran Neo me han acogido como si fuese su hijo al que de verdad no le ha faltado ni pizca, me he sentido como en casa, por esos guisos y esas noches de tapitas probando la gastronomía granadina que estaba exquisita.

Se hizo corta la semana pero será inolvidable momentos de risas, y charlas. Gracias por Todo Maestro por la enseñanza recibida y gracias a ti toñi por preocuparte en todo y que no me faltase nada, gracias a los dos. Me quede con ganas de pasar allí mas tiempo.
Un cordial saludo y un fuerte abrazo.