EL DORADO AL AGUA, RESTAURACION Y POLICROMÍA
  Testimonios curso 2013
 

TESTIMONIO DE MARTIN VIOLERO.

Quiero empezar dando las gracias al maestro Antonio por permitirme ir a hacer el curso en invierno, ya que en verano no me es posible hacerlo.

Ha sido para mi una semana estupenda, me he sentido integrado dentro de una familia que parecía conocerme toda la vida. Toñi, la señora de Antonio, maravillosa persona y excelente cocinera. Gracias Toñi y gracias tambien a vuestra hija por su simpatía.

El maestro Antonio es un tío estupendo, me ha enseñado todo el proceso del dorado con oro fino y falso, siempre dispuesto a explicar cualquier duda las veces que sea necesario, con paciencia para correjir mis fallos y tambien para enseñame a hacer las mezclas de las colas y sulfatos.

Lo he pasado muy bien haciendo todo el proceso de yesos, lija, bol etc. sobre todo con la seguridad  que da el tener al maestro a tu lado. Hubo para mi momentos especialmente simpáticos como fue, el de empezar a dorar con oro fino.. …... Aquella cosa no se estaba quieta, yo no podia ni respirar porque cuando volvia la cabeza hacia el pomazon el oro ya no estaba allì, pero quien si estaba alli era el maestro Antonio para decirme como lo tenía que hacer, asi da gusto, sin embargo el era capaz de poner oro mientras hablaba o silbaba.... ¡Que tio! 
Y que maravilla cuando ves puestas tus primeras hojas de oro.

Estoy muy contento de haber hecho este curso y de haber conocido a esta familia, Antonio me ha enseñado todos los trucos que hacen mas fácil este arte. Arte que el maestro me ha enseñado a admirar más si cabe, yo creo que salí del curso con el gusanillo del dorado inyectado en vena.

Me gustaría desde aquí animar a todas las personas que quieran aprender este arte a que vengan a hacer este curso, maravillosa experiencia ya lo veran.

Maestro un abrazo para ti y para toda tu familia, y ademas...amenazo con volver.

            MARTIN.

TESTIMONIO DE JOSE MARI MARQUINA.


 

Hola: mi nombre es Jose Mª  y quiero dejar mi testimonio del curso de DORADO AL AGUA impartido por Antonio Díaz en la bella ciudad de Granada.

Ante todo agradecer a Antonio y Toñi, su esposa, la acogida  durante una semana tanto a mi como a mi mujer y decir que nos hemos sentido desde el primer momento como en nuestra propia casa.
Gracias.

Yo tenía algunos conocimientos de dorar pero es aquí, en Granada con el Maestro Antonio donde he aprendido verdaderamente desde la base hasta el acabado final este oficio, que a la vez es un arte, " El Arte de Dorar y Policromar". Si en la vida uno no aprende bien desde la base los resultados finales nunca serán buenos. Yo animo a todo el que lea este comentario, tanto a profesionales como los que no lo son, que se introduzcan en este bello arte  que es el del Dorado al Agua, no podemos permitir que estos oficios se pierdan, y, si se aprende con Antonio Díaz mejor que mejor, además es una escusa para pasar una semana fantástica en esa maravillosa ciudad que es Granada.
A mi me ha servido no sólo para enriquecerme sino para pasar unas de mis mejores vacaciones.

No quiero olvidarme de ese complemento al curso de Dorado al Agua que es el libro que ha escrito Antonio con unas magníficas ilustraciones y que verdaderamente ayudan todavía más a la comprensión del Dorado y todas sus aplicaciones.

Antonio, permíteme hacer un simil taurino y decirte que con el libro "has rematado la faena".

Un Abrazo muy Entrañable.

José Mari y Laura.

TESTIMONIO DE GEMMA Y BRIAN


 

Primero de todo quiero decir que todo aquél que quiera aprender el oficio de dorador hoy día, tiene una oportunidad única con el maestro  Antonio Díaz. 

 He tenido el honor de poder hacer el curso este verano, y he de decir que en una semana he adquirido unos conocimientos que recordaré toda la vida y que nunca hubiera imaginado aprender tan rápido.

 Por supuesto, este oficio milenario se aprende a base de  práctica y tenacidad, pero si tienes la suerte de que alguien como él, te lleve de la mano desde un principio, enseñándote todos los secretillos del oficio, creando unos buenos cimientos, y por supuesto, corrigiéndote en los primeros errores, que son tan importantes de corregir para que el resultado final del trabajo sea óptimo, tienes ya una garantía de éxito.

 Otra de las muchas razones por las que recomiendo  hacer el curso, es por la motivación que sientes al final de seguir aprendiendo y practicando desde tu casa. Siempre confidente, de que si no recuerdas algo puedes echar mano del magnífico libro publicado por Antonio: “Manual de la técnica del dorado al agua", escrito de una manera sencilla, al alcance de todo el mundo (cuando lo lees es como si le estuvieses escuchando),  y que sencillamente va al grano en cuanto contenidos, no como los ensayos de conservación y restauración que estamos acostumbrados a leer en este campo, porque en definitiva, este es un oficio artesanal que no se aprende en la universidad, si no que se transmite de maestro a alumno en un taller.

Por suerte queda gente generosa como Antonio que disfruta enseñando su oficio.

 Quiero darle especialmente la gracias a Toñi, su esposa, por habernos hecho sentir tan cómodos en su casa. Toñi es una mujer muy bella, por dentro y por fuera, con mucho sentido del humor y una conversación excelente. Nos ha preparado unos platos exquisitos (con porciones extras para mi novio, que come por cuatro) y siempre ha estado pendiente de todo detalle. Espero de corazón que se recupere de su problema de cadera.

 Aparte de aprender a dorar, mi pareja y yo, nos hemos bañado en la piscina, hemos tomado el sol, hemos visitado granada, nos hemos hecho una cura de estrés, Brian a aprendido español (es inglés) y sobretodo…, hemos conocido a gente maravillosa.

Muchas gracias Antonio y Toñi. ¡Volveremos!

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TESTIMONIO ENVIADO POR JUAN PEDRO CANSECO





  Hola, me llamo Juan Pedro Canseco y soy uno más de los aprendices (me encanta esta palabra) que han pasado este verano por las manos del maestro Antonio. 

   En lo primero que quiero hacer hincapié es, sin ningún tipo de dudas, el buen trato del que he sido "víctima", jaja. Sale uno de su zona de confort para respirar otros aires y encima te tratan como en casa, ¡¡¡hay que ver!!! al final va a ser verdad eso de "como fuera de casa en ningún sitio". Bromas aparte, insisto en que lo primero que quiero destacar es lo bien que me he sentido en su casa, nunca como un extraño sino como un hijo y eso es muy de agradecer.

    Como no hacer mención de Toñi, a la que mando un fuerte beso, que aún teniendo algún problemilla de salud siempre ha estado ahí con un gran sentido del humor y una gran maestría en la cocina. También compartí un estupendo risotto con Javier, su hijo. No pude conocer a Irene, su hija, para intercambiar impresiones sobre tatuajes, jeje. Y también Neíto, que compartimos ladridos y algún pequeño "bocao" a mi llegada.

    Mi gran interés por conocer la técnica del dorado al agua me ha llevado hasta aquí. Y quién mejor para aprender que con Antonio que con su gran maestría he logrado llegar al éxtasis cuando vi que esas finas láminas pegadas con agua se convertían en un bloque compacto de oro macizo. 

    Así que puedo asegurar que me llevo de Granada la amistad y el cariño de una gran familia y por supuesto todo el conocimiento que he podido recopilar del Maestro Antonio. Y también he de decir que como souvenir me he traído un paraguas, jajaja (tú sabes) y hasta tuvimos nuestro ratito de dúo guitarrero.

   En fin, que el que tenga la oportunidad de ir a aprender que no desaproveche la oportunidad porque no hay muchos sitios donde hacerlo, por no decir ninguno.
    Un fuerte abrazo del inquilino rockero, jaja




 
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